Arrestan a monjas que tenían a 25 niños sordos mudos en un convento para complacer a sacerdotes.

Kosaka Kumiko, una monja católica de origen japonés, fue condenada por la oficina del fiscal por su presunta participación en un caso de alto perfil de abuso se -xual de niños de una escuela de sordomudos en la provincia argentina de Mendoza. El viernes le contaron a Efe las fuentes judiciales.

La monja está acusada de “comisión por omisión” del delito de abuso se -xual con “acceso grave y escandaloso a rel-4ciones carnales”.

Después de esconderse durante un mes, las monjas viajaron a Buenos Aires hace tres días y, ya en detención, fueron trasladadas a Mendoza, donde ella declaró el jueves ante el fiscal, quien le informó de su arresto.

“No hubo preguntas de la oficina del fiscal o de la queja, ella testificó sobre su versión, negó los hechos y dijo que él estaba allí para servir, hacer el bien y cuidar a los niños”. “, agregaron las fuentes sobre la aparición de la monja, que luego fue trasladada a un centro de detención.

Los japoneses están involucrados en el caso por el cual otras cinco personas ya han sido arrestadas, incluidos dos sacerdotes, acusados ​​de varios casos de abuso se -xual de niños de 10 a 12 años del Instituto Antonio Próvolo para niños con discapacidad auditiva, ubicado en el Ciudad de Mendoza. de Luján de Cuyo.

Los detenidos son dos sacerdotes, el octogenario Nicolás Corradi y Horacio Corbacho, de unos 55 años, y tres empleados del instituto se -xual de bebés.

En este caso, descubierto a fines de 2016, una niña de 17 años acusó a la monja y declaró que había sufrido violencia de Corbacho a la edad de cinco años.

La víctima indicó en su testimonio, en lenguaje de señas, a una monja con “rasgos oblicuos en los ojos” sobre la cual dijo que “fue ella quien puso el pañal después de la vi0-lación que había sufrido”. escondiéndose y sabiendo que había sido vi0- lada “. Lo que lo convierte en el principal cómplice del delito de abuso “.

Es por esta razón que la imputación se hace por “omisión” porque, aunque no participó directamente en los abusos, colaboró ​​para esconderlos.

Kosaka Kumiko llegó a Provolo en 2007 y permaneció allí varios años, después de lo cual pasó por otros centros religiosos.

En varias redadas en el instituto, se encontraron videos que contenían porn0- grafía y 550,000 pesos (aproximadamente $ 35,000).

Los casos conmocionaron a la comunidad educativa e impulsaron a las autoridades educativas provinciales a tomar medidas en el instituto.

En diciembre pasado, el arzobispo de Mendoza, Carlos María Franzini, deploró el “daño hecho a las víctimas” y aseguró que su arquidiócesis nunca había sido informada de los antecedentes penales que pesaban sobre los sacerdotes acusados ​​o las denuncias del instituto. Algo que él habría notado, si lo hubiera sabido, habría “actuado de inmediato”.

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